martes, 21 de octubre de 2008

- Sin(taxis)



Es impresionante lo complejo que es nuestro intelecto.
El hombre, la mujer, el niño, el puto, el adolescente, la madre, lesbianas en transición, el alto, el gordo.
Estoy seguro que si fueramos tan simples (las personas) solo bastaría tener un par de adjetivos calificativos.
Realmente son demasiados. Hasta diría que hay tantos adjetivos como personas en el mundo.
Se clasifican, como nosotros.




Hombres sabios, filósofos y cilántropos intentaron, durante la eternidad del mundo, descifrar que carajo somos y por qué somos tan complejos
Pucha!
Es fácil darse cuenta que los adjetivos pueden estar precedidos por diminutivos o aumentativos.
De ahí surge el hombre con virtudes, y el hombre con GRANDES virtudes.
Aún así, y cuan más virtuoso sea, más complejo es.
Regla de tres SIMPLE directa (que de simple tiene muy poco).

Vemos en la tele cuanta gente desperdicia sus dones de explayar intelecto, habilidad o cualesquiera que sea su trabajo afín.
Es más, a veces vemos a gente cercana, con grandes (GRAN-DES) dotes y/o habilidades y vemos la gran depresión-angustia que tienen al sentirse inutiles e inservibles y no abrir los ojos para darse cuenta CUAN MAGNITUD TIENEN ENTRE SUS DEDOS.
No hace falta ser Acróbata del Circ du Soleil o El mejor conductor de la república... Solo basta sentirse lleno de "ese algo" que nos hace seres magníficos.




La seguridad de ser uno mismo es lo más dificil de conseguir en la vida.
Sentite seguro de lo que sos y querés. Sentite que no hay ninguna cosa que pueda frenarte.
Eso si... "Del dicho al hecho hay un largo trecho", pero si uno le pone a la vida un poco de Sal y Pimienta, seguramente éste logre lo que siempre (en su inconsciente) quiso. Ser una persona realizada a medida de su edad y sentir.
Cuando vamos superando cosas nos sentimos mucho más que seguros. Tal así como el día que aprendimos a caminar... Empezamos con miedos... nos caímos, lloramos... hasta que alguien nos sonrió (del otro lado) y nos dió un empujón para volver a intentar... Luego, ya es algo cotidiano que no se olvida.
Uno YA no teme de caerse al caminar.




Si supieras cuan compleja es la vida, seguramente aún no hubieses aprendido a caminar. Pero te digo que vivir "EL HOY" (Del dicho al hecho hay un largo trecho) es la forma más sana de seguir adelante, sin mirar más que a donde poner el próximo pie... y no a donde termina el camino




Take it easy

jueves, 9 de octubre de 2008

- S(en-si)ble



Vivirte no es como imaginar, ni pensar, ni hablarte por horas.
Cuando dormís y no me escuchás, al contarte mundos quizás puedas soñarlos; Y al abrir los ojos, el árbol caído brilla distinto...
Porque las fábulas ya no son de hadas, ni de duendes danzantes. Sino árboles que se mecen en el viento y se pierden en el ritmo... y yo: Absorto. Mirando como pasa la vida y no puedo hacer nada. No me quejo. Quisiera hacer algo pero no tengo motus propio para activarme.
Me dejo llevar (una vez más) por toda la musa de tu mirada.
Un ser ínfimo soy. Tal una persona a una Montaña, llena de árboles. Recorro tu cabeza en 70 días, y en los otros que me sobran, recorro tu corazón.
Tengo temor, supongo. Dejo de mirar el reloj y sigo caminando.
Siento que el momento pasa.
Ya no hablo de momentos sino de sentimientos, y las hojas del el árbol se derrumban en un caer constante. Se dilatan al caer y se mecen con el viento, son de colores extraños. Pero ya están cayendo. Una por una.

¡Cómo quisiera detener!